Todos conocemos casos de personas que gastan mucho más de lo que pueden permitirse, y también casos de personas que, preocupadas por ahorrar, llevan una vida más precaria de lo necesario. Estas dos situaciones son definidas por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) como casos de dismorfia financiera.
Es posible que te identifiques en uno de estos dos casos, o bien reconozcas que has tenido alguna de estas conductas en el pasado. Si es así, lo cierto es que no estás solo: de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, elaborada por el INEGI, recoge que el 45% de los mexicanos gastan más de lo que ganan.
No existen datos más precisos al respecto sobre la problemática en México, pero estudios realizados en EEUU muestran que el 29% de ellos experimentan alguna de las dos variantes de dismorfia financiera.
Este dato cobra matices preocupantes al dividir los resultados entre los distintos grupos de edad, ya que cuanto más jóvenes son los ciudadanos, más problemas tienen de dismorfia financiera. Por ejemplo, solo el 14% de los encuestados mayores de 59 años la padecen, mientras que en millenials (nacidos entre 1981 y 1996) esta cifra se eleva hasta el 41%.
En este artículo explicaremos en detalle qué es la dismorfia financiera, cuáles son los causas, sus consecuencias y, cómo no, cuáles son las estrategias recomendadas para plantarle cara.
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Qué es la dismorfia financiera
De seguro que sabes lo que es la dismorfia corporal, aunque no le pongas ese nombre: Existen personas, especialmente mujeres, que creen que deben adelgazar más pese a estar por debajo de un peso saludable.
En la misma línea, existen personas que creen que deben ganar más peso incluso cuando ya tienen un problema de sobrepeso. Se trata de personas que no perciben de forma racional cuál es, en realidad, su estado corporal.
La dismorfia financiera es un concepto similar, pero en lugar de estar relacionado con nuestro cuerpo, se trata de un problema relacionado con nuestras finanzas.
La dismorfia financiera es un trastorno relacionado con el dinero, en el cual se tiene una imagen distorsionada de la situación financiera personal.
El efecto directo de esta distorsión es que el individuo no percibe de forma realista si tiene mucho o poco dinero para llevar un determinado estilo de vida.
Se trata de un fenómeno que, históricamente, no ha recibido suficiente atención y estudio científico. Tradicionalmente, a nivel internacional se había considerado este fenómeno como algo anecdótico, pero lo cierto es su preponderancia está aumentando de forma alarmante.
Gracias a ello, se está comenzando a abordar la problemática desde un punto de vista analítico y alejado de juicios personales. Esta redoblada atención sobre el fenómeno ha dado lugar a importantes avances, como el hecho de que la Condusef lo defina como trastorno, otorgándole una entidad que, quizás, sea necesaria para detectar y afrontar el problema con la seriedad necesaria.
Síntomas de la dismorfia financiera
Pese a que, por ahora, la dismorfia financiera no sea un trastorno clínico reconocido, lo cierto es que los expertos comienzan a señalar una serie de síntomas comunes que pueden indicarnos que una persona tiene problemas con la dismorfia financiera.
Entre los principales rasgos podemos encontrar:
- Gasto excesivo:
- Compra impulsiva y/o excesiva de bienes innecesarios
- Incapacidad para ahorrar
- Obsesión con aparentar un nivel socioeconómico elevado
- Problemas de sobreendeudamiento
- Ansiedad por no poder cubrir ciertas necesidades
- Ahorro excesivo:
- Comparativas constantes con personas que parecen tener mayor estabilidad económica
- Sensación de inseguridad financiera constante
- Emociones de arrepentimiento al gastar dinero, que pueden ir desde la culpa hasta la vergüenza o la ansiedad acerca del futuro financiero
- Actuar como si el dinero conseguido nunca fuera suficiente a pesar de que sea más que suficiente para llevar una vida normal y/o próspera de forma responsable
Causas y consecuencias de la dismorfia financiera
Las causas de este fenómeno pueden ser muy variadas, especialmente cuando tenemos en cuenta que hablamos de dos extremos: el de aquellos que ahorran en exceso y el de aquellos que gastan en exceso.
En el caso de las personas que ahorran en exceso, no es difícil apuntar a un fenómeno realmente extendido, como es el de aquellas personas que se han criado en un entorno precario, donde era difícil cubrir las necesidades económicas básicas.
El ahorro, en sí, es una parte de nuestras finanzas personales muy importante y beneficiosa, pero es posible que ser ahorrador se convierta en una cualidad negativa si no te permite disfrutar del presente debido a una preocupación irracional por nuestro futuro financiero.
Este fenómeno se caracteriza por una actitud obsesiva asociada a la ansiedad constante y la depresión, en la que un individuo se priva a sí mismo de cualquier cosa que considere que es superflua, incluso aun cuando su situación financiera es mejor que la de la gran mayoría de su entorno.
Por otro lado, aquellas personas que constantemente gastan dinero de forma excesiva pueden encontrar como causas comunes en la obsesión con la riqueza, un fenómeno que se ha agravado debido a la influencia de las redes sociales en los últimos años, donde la gente intenta aparentar tener la mejor situación económica posible.
Es aquí cuando debemos hablar del concepto de los gastos de ostentación, es decir, todas esas compras y pagos que están motivadas (parcial o totalmente) por la necesidad de aparentar una cierta comodidad económica.
Esto es algo que se puede apreciar en la compra de joyas, ciertas prendas o vehículos, o la última edición de un smartphone, especialmente cuando estas compras no responden a una necesidad real, sino a la necesidad de aparentar una situación financiera cómoda, en la que nos podemos permitir esos gastos porque ya hemos cubierto de forma holgada todas nuestras necesidades personales.
Este problema puede parecer contradictorio, ya que alguien con dismorfia financiera que tiene tendencia a gastar en exceso se siente obligado a sacrificar necesidades reales para cubrir su necesidad de ostentar.
Como es normal, estas personas tienen una mayor probabilidad de incurrir, también, en problemas financieros graves y en problemas psicológicos graves como la depresión, sintiéndose incapaces de tomar el control de su vida al sucumbir constantemente a las compras impulsivas.
Cómo controlar la dismorfia financiera
La realidad es que si bien existen distintas causas que pueden dar lugar a un problema de dismorfia financiera, los expertos señalan a la falta de educación financiera como principal causa.
Si bien te recomendamos que intentes cultivar tus conocimientos en educación financiera, existen recomendaciones concretas que pueden resultar muy efectivas a corto plazo.
Para comenzar, realizar un presupuesto personal y crear un fondo de emergencia debería ayudarte a tomar consciencia de cuánto dinero deberías ahorrar mensualmente, marcando objetivos concretos y específicos que no permitan a tus impulsos irracionales ponerse al cargo.
En caso de que utilices préstamos o créditos para alcanzar tus objetivos financieros, es importante que planifiques adecuadamente tus finanzas, ya que si bien un crédito puede ayudarte a mejorar tu historial crediticio, usarlo de forma irresponsable solo te traerá problemas y un empeoramiento del mismo.
En este sentido, la planificación es importante, pero también lo es intentar analizar de dónde provienen nuestros problemas a la hora de actuar de forma racional si tenemos dismorfia, ya que un alto número de jóvenes con incapacidad para ahorrar están recibiendo, constantemente, muestras de opulencia y ostentación en redes sociales. Que un influencer aparente tener una vida despreocupada y lujosa no significa que sea real, o que, si lo es, su realidad sea la misma que la de la absoluta mayoría de las personas.
Por último, si tu situación es desesperada, es recomendable acudir a una asesoría para solicitar el consejo profesional a la hora de analizar nuestra situación personal, creando guías de actuación que te permitan orientarte de forma más clara y sencilla.