En el camino hacia la prosperidad financiera, cualquier mexicano debe comprender que su estrategia de ahorro e inversión no puede estar confinada a las fronteras nacionales. Si bien existen muchas formas de protegerse de la inflación, no pocas personas prefieren mirar hacia el S&P 500 como una forma de utilizar sus ahorros.
Esto se debe a que, dentro del gran mosaico de oportunidades que tenemos a la hora de apostar por el ahorro y la inversión formal, un fondo de inversión indexado al S&P 500 es probablemente una de las grandes referencias para un inversor de cualquier parte del planeta.
Se trata de la radiografía más precisa del poderío económico de los EEUU, por lo que desde hace décadas estamos hablando de un titán de las finanzas mundiales, una herramienta que muchos inversores llevan décadas aprovechando.
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¿Qué es el S&P 500?
El Standard & Poor’s 500, mencionado casi por norma general como S&P 500, es un índice bursátil creado en 1957. ¿Qué es un índice bursátil? Sencillamente un indicador, un número con el que podemos saber cómo está rindiendo un grupo de empresas en bolsa.
El S&P 500 es el índice que mide la evolución de las 500 empresas más importantes de EEUU.
Las 500 empresas en cuestión son aquellas empresas que cotizan en las bolsas estadounidenses, concretamente NASDAQ y NYSE.
¿Cómo se eligen las empresas del S&P 500?
La selección de estas 500 empresas la realiza el comité de Standard & Poor, una prestigiosa agencia de investigación financiera. Para elegir a las 500, aplica criterios que van más allá del simple tamaño de la empresa, asegurándose de que el índice sea un indicador fiel y representativo.
Entre los criterios más importantes S&P analiza:
- Capitalización de mercado: El tamaño de la empresa en bolsa, el valor de mercado. Normalmente estas empresas deben tener una capitalización superior a los $15 000 millones de dólares.
- Liquidez: Sus acciones deben negociarse activamente en el mercado, garantizando que el índice refleje precios reales y fácilmente accesibles.
- Flotación pública: Se requiere que un alto porcentaje de las acciones de la compañía estén disponibles para ser compradas por el público.
- Rentabilidad: Las empresas deben haber reportado ganancias en el pasado reciente para asegurar su estabilidad financiera.
Al cumplir con estos cuatro criterios, el S&P 500 logra reunir aproximadamente el 80% del valor total de la bolsa estadounidense. Por ello, cuando los noticieros financieros anuncian que “la bolsa de EEUU subió”, generalmente se refieren a que el S&P 500 ha subido.
La importancia del tamaño
Otros índices utilizan una metodología equiponderada, esto quiere decir que todas las empresas aparentan tener el mismo peso en esos índices. En cambio, en el S&P 500 utilizan una metodología de capitalización ponderada, por lo que una empresa más grande tiene más peso dentro del índice. Veamos qué significa esto.
El peso que cada empresa tiene en el índice es proporcional a su valor total de mercado, es decir, el precio de la acción de la empresa multiplicado por el número de acciones en circulación. De lo contrario, una empresa con pocas acciones, pero muy valiosas, podría aparentar ser igual de importante que una empresa con muchísima mayo capitalización.
Apple, Microsoft o NVIDIA (la actual reina de la bolsa) tienen capitalizaciones que superan los 2 o 3 billones de dólares, y por tanto tienen un impacto mucho mayor en el movimiento del índice S&P 500 que una compañía pequeña que apenas alcance los $15 000 millones de capitalización.
Esta metodología asegura que Standard & Poor refleje con su índice, de manera inmediata, las tendencias que mueven la economía realmente. Las empresas más grandes son, con frecuencia, las que más impulsan el consumo, la investigación, etc.
¿El índice solo sigue a las compañías tecnológicas?
Pese a que las principales compañías del S&P 500 sean tecnológicas, recuerda que el índice no solo es tecnológico, sino que se extiende a 11 sectores económicos distintos.
La relevancia del S&P 500 para el inversor mexicano
Para el mexicano que ha dominado las bases del ahorro formal y busca dar el salto a las inversiones, el S&P 500 probablemente se presentará como una opción a tener en cuenta.
Rendimiento histórico imbatible
A largo plazo, el S&P 500 ha demostrado ser un auténtico titán. Desde su creación, incluso ajustando por inflación y dividendos, ha generado una rentabilidad anual promedio del 10%.
Eso sí, recuerda que en renta variable los rendimientos pasados nunca garantizan los rendimientos futuros.

Defensa contra la devaluación del peso
Esta es la razón financiera más contundente. Cuando inviertes en el S&P 500, tu capital está denominado en dólares estadounidenses.
Si el peso mexicano se devalúa frente al dólar (un evento históricamente recurrente), el valor de tu inversión, al ser repatriado a pesos, aumenta automáticamente. Esto convierte al S&P 500 en un escudo protector crucial contra la volatilidad de la moneda local, minimizando la posibilidad de que tu poder adquisitivo se esfume por factores nacionales ajenos a tu control.
Diversificación
Depender de una única inversión, como la Bolsa mexicana, expone tu patrimonio a los riesgos propios del país, ya sean sociales, políticos, regulatorios, etc.
Al invertir en el S&P 500 estás poniendo tu inversión sobre los hombros de empresas con éxito global, que venden productos y servicios en todo el mundo y que tienen modelos de negocio, teóricamente, más resilientes. Estarías invirtiendo en un activo más diversificado a nivel geográfico y sectorial.
Conclusión
La puerta de acceso a S&P 500 en México suele ser el SIC, el Sistema Internacional de Cotizaciones de la BMV. El SIC permite a los mexicanos comprar acciones y ETFs que cotizan en bolsas extranjeras.
Los ETFs son una de las formas más populares de invertir en el S&P 500, principalmente a través de uno que replique el índice.
Recuerda que cualquier inversión, por lucrativa que haya sido en el pasado, va asociada a un cierto riesgo. Este artículo cumple una función explicativa pero nunca una recomendación de inversión.