En el ecosistema financiero mexicano, existe una palabra que se repite hasta el cansancio en la publicidad institucional y en las pláticas de sobremesa: Afore. Todos sabemos, o al menos intuimos, que es la entidad encargada de “guardar” nuestro dinero para cuando dejemos de trabajar. Sin embargo, quedarse con ese concepto es quedarse en la superficie de un concepto profundo y complejo.
Si la Afore es la carrocería del vehículo que te lleva hacia tu jubilación, la Siefore es el motor. Y como bien sabes, puede que tengas un auto muy brillante, pero si el motor no funciona correctamente no llegarás a ningún lado.
Para el trabajador mexicano que busca transicionar del ahorro informal al formal, comprender qué es una Siefore no es un capricho técnico, es una necesidad de supervivencia financiera. De ellas depende, literalmente, el poder adquisitivo que tendrás durante los últimos 20 o 30 años de tu vida.
En este artículo vamos a desglosar qué, cómo evolucionaron recientemente para protegerte mejor y cómo puedes usar este conocimiento para exigir mejores rendimientos a la institución que administra tu futuro.
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¿Qué es una Siefore?
Antes de explicar qué es una Siefore, recordemos antes qué es una Afore. Una Afore (Administradora de Fondos para el Retiro) es una institución financiera privada que lleva la contabilidad de tu cuenta, te envía los estados de cuenta y te da servicio al cliente. Es, como su nombre dice, el administrador.
Una Siefore (Sociedad de Inversión Especializada de Fondos para el Retiro) es un fondo de inversión. Es la “bolsa” donde se deposita tu dinero junto con el de millones de trabajadores, dinero con el que se compran activos financieros que generan ganancias, haciendo crecer tu dinero para el retiro.
Dicho de forma sencilla, tú contratas a una Afore, pero tu dinero vive y trabaja dentro de una Siefore.
La función única y vital de la Siefore es invertir los recursos provenientes de las cuotas obrero-patronales y del gobierno, así como tus aportaciones voluntarias, con el objetivo de generar ganancias que incrementen el saldo total de tu cuenta individual.
De las Siefores básicas a las generacionales
Hasta hace poco tiempo, el sistema funcionaba mediante cinco fondos básicos o siefores básicas (SB), clasificados estrictamente por edad:
- SB4: Para personas de 36 años o menos
- SB3: Para personas de 37 a 45 años
- SB2: Para personas de 46 a 59 años
- SB1: Para personas de 60 y más
- SB0: Para personas de 60 años o más, específicamente aquellas que se encuentran próximas a realizar retiros totales, así como trabajadores del ISSSTE con bono redimido.
Con las básicas, cuando cumplías ciertos años la Afore vendía tus inversiones de un Siefore y los pasaba al siguiente. La diferencia entre un fondo y el siguiente es que pasa a ser más conservador, generando menos rentabilidad pero asumiendo menos riesgos. El problema de este sistema es que si el cambio de fondo se producía en un mal momento del mercado financiero, el trabajador sufría pérdidas considerables.
Desde diciembre de 2019, la CONSAR está implementando un cambio estructural histórico: el nacimiento de las Siefores generacionales.
¿Cómo funcionan las Siefores generacionales?
Bajo este nuevo esquema, tú eres asignado a una Siefore basada en tu año de nacimiento, pero te quedarás en ella durante toda tu vida laboral.
Por ejemplo, si naciste entre 1990 y 1990 tu dinero entra a la Siefore Básica 90-94, o si naciste entre 1980 y 1984 tu dinero va a la Siefore Básica 80-84
En lugar de cambiarte de fondo, es el fondo el que cambia su estrategia interna. Cuando eres joven, tu Siefore generacional invierte de manera más agresiva para maximizar ganancias. A medida que tu generación envejece, los administradores del fondo van ajustando el portafolio de inversiones dentro de la misma Siefore, volviéndolo gradualmente más conservador para proteger el dinero acumulado.
¿En qué invierten el dinero?
Es en este punto en el que entra en juego la importancia del ahorro formal. A diferencia del dinero bajo el colchón, que inevitablemente pierde valor por la inflación, el dinero en la Siefore se invierte en mercados financieros regulados.
Las Afores construyen portafolios diversificados que incluyen:
- Deuda gubernamental: Instrumentos como los CETES o los Bonos M son la base de la inversión conservadora, respaldados por el Gobierno Federal.
- Renta variable nacional: Acciones de empresas mexicanas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
- Renta variable internacional: Acciones de grandes empresas globales (como las del S&P 500) que permiten ganar dinero en dólares, diversificando y protegiéndonos del riesgo país.
- Mercancías y FIBRAS: Inversiones en bienes raíces e instrumentos estructurados.
Las Afores mezclan estos ingredientes dependiendo de cuál sea tu Siefore generacional.
En los fondos para jóvenes se invierte más dinero en renta variable, como por ejemplo, acciones. ¿Por qué? Porque aunque las acciones son más volátiles (su valor sube y baja), son las que tienen mejores rendimientos históricos. Un joven tiene tiempo para aprovechar las ventajas (y asumir los inconvenientes) de apostar a largo plazo.
En el caso de las personas cercanas al retiro, el dinero se invierte mayoritariamente en deuda gubernamental y protección contra la inflación, como los Udibonos. El objetivo en esta etapa no es arriesgar para crecer, sino conservar lo ganado sin que la inflación se coma nuestras ganancias.
Conclusión: Aprovéchate del ahorro voluntario
Si ya tienes una cuenta de Afore, ya eres inversionista de una Siefore. Pero si solo te conformas con las aportaciones obligatorias (lo que descuentan de tu nómina) es probable que tu pensión sea insuficiente, ya que las estimaciones son que dicha pensión será del 30% o 40% de tu último sueldo.
Es aquí donde el ahorro voluntario puede cambiar el juego. Tú puedes depositar dinero extra en tu Siefore. Al hacerlo, estás comprando acceso a rendimientos que difícilmente obtendrías en un banco comercial tradicional con montos pequeños.
Históricamente, a largo plazo las Siefores han otorgado rendimientos superiores a la inflación y a los pagarés bancarios tradicionales. El ahorro voluntario puede ser deducible de impuestos en tu declaración anual ante el SAT, lo que te permite recuperar dinero hoy mientras ahorras para mañana.
Además, existen modalidades de ahorro voluntario a corto plazo que puedes retirar en meses, utilizando la infraestructura de inversión de la Siefore para metas más cercanas que el retiro.